viernes, 17 de julio de 2020

ENSÉÑALOS A INVERTIR

Inversión. Palabra que muy probablemente sólo has escuchado de un puñado de comentaristas aburridos en televisión, de ese segmento del noticiero que a nadie le interesa. Y es que la Economía es una materia que se ha pensado inaccesible para el gran público. Sin embargo, mi objetivo es simplificar todos estos conceptos para ti y para tus hijos.

A diferencia del Ahorro, que es dejar de gastar hoy para gastar después, Invertir es tomar un dinero que se tiene hoy, y utilizarlo para obtener un beneficio mayor después. ¿Ven la diferencia? Yo tampoco la tenía muy clara, y por eso les escribo.

Primero, comencemos por enseñar a nuestros hijos la diferencia entre Gasto e Inversión. La forma más simple de ejemplificarlo es: el Gasto es algo que sólo te dará una satisfacción instantánea, y la Inversión es algo que te otorgará beneficios prolongados. Y si nos ponemos más prácticos: el Gasto es algo que te quita dinero, y la Inversión es algo que te da más dinero.

Ahora, vamos a transportar esta diferencia a una situación muy probable que un hijo de 8 años ya pueda entender, y lo haremos pensando en la disyuntiva entre comprar dos juguetes, más o menos del mismo precio, donde uno se pueda considerar como un Gasto, y el otro como una Inversión.

Supongamos que tu hijo está con la duda entre comprar una consola básica de videojuegos, o una buena bicicleta. La consola lo mantendrá seguro y cómodo en casa, mientras que la bicicleta lo arrojará a la calle. Sin embargo, esa consola también lo mantendrá estático, comiendo más de la cuenta y forzando la vista, mientras que la bicicleta lo hará obtener los  beneficios del ejercicio físico, estar al aire libre y aprender a sortear obstáculos en su camino. Si tomamos en cuenta que nuestros hábitos se van moldeando en los primeros años de vida, podemos concluir que pasar horas en una consola de video lo hará propenso al sobrepeso y la diabetes, mientras que dedicarle tiempo a la bicicleta lo hará una persona atlética y sana. En un futuro, la consola lo hará gastar en medicinas y lentes, mientras que la bicicleta le permitirá ahorrar dinero en Médicos. Por lo tanto, con este ejemplo podemos mostrarles que comprar una consola de video es un gasto, mientras que comprar una buena bicicleta, es una inversión.

Lo que acabo de describir es un burdo ejemplo que solo tiene fines didácticos prácticos, siendo consciente que puede haber un equilibrio entre cualquier tipo de entretenimiento de nuestros hijos, y que el problema siempre está en los excesos. Sin embargo, este tipo de disyuntivas entre qué es un gasto y qué una inversión, se van a estar presentando a lo largo de nuestra vida, y es muy conveniente que desde temprana edad lo aprendan a distinguir.

Entrando ya en materia. Como comenté en alguno de mis artículos anteriores, la forma más práctica que tiene un niño de aprender a invertir su dinero, es emprendiendo un negocio propio. Aquí tiene algunas posibilidades que analizaremos por separado: Comercializar, elaborar, transformar o crear.

Comencemos por la Comercialización.

Tenemos la posibilidad de acercar a nuestra comunidad un producto que no tengan a la mano, ya sea aprovechando la época del año o alguna situación específica. Se me ocurren varios ejemplos: 1. Comenzará la temporada de lluvias y podemos comprar un lote de paraguas infantiles, para ir a ofrecer a nuestros vecinos, con una ganancia prudente. 2. Viene el mes patrio, y compramos un lote de banderitas para poner en la entrada de sus casas o en sus coches. 3. El Costco como de costumbre se nos adelantó y desde Agosto está vendiendo cajas enormes con pan de muerto, que nuestro hijo puede vender de forma individual.

De esta forma pueden comercializar un producto ya existente, solo buscando la oportunidad donde pueda ser exitosa su venta. Lo más importante es que esté involucrados desde la compra de los productos, y que lo hagan con su dinero, así entenderán mucho mejor el concepto de la utilidad que obtendrán al final, y eventualmente también de las pérdidas, cuando se presenten.

Ahora vamos a la Elaboración.

Existen niños muy curiosos en temas culinarios, por lo que podemos aprovechar su inquietud para que busquen recetas sencillas, que no los ponga en riesgo, y pocas cosas hay tan irresistibles como comprarle a un niño algún postrecito a la puerta de nuestra casa. Para esto hay qué involucrarlos desde la compra de los insumos y cómo racionarlos para que exista la mayor utilidad posible. Todo este proceso es muy emocionante para los pequeños, sin embargo suele eventualmente estresar un poco a los padres.

Continuemos con la Transformación de un producto.

Esta actividad consiste en comprar algún producto a granel, para darle un valor agregado y venderlo a un sobreprecio considerable. Esta actividad es muy instructiva y emocionante porque involucra desde crear su propia marca, logotipo e incluso en algunas ocasiones, hasta inventar un nombre para el nuevo artículo derivado de esa transformación.

La cantidad de bienes sujetos a sufrir alguna mejora, es simplemente infinita. Puede ser desde útiles escolares, alimentos, utensilios de cocina, ropa, y un interminable etcétera. La clave será en definitiva toda la creatividad de nuestros hijos a la hora de inventar su marca, su imagen y los medios a su alcance para la comercialización, para lo cual podremos hacer uso de nuestras redes sociales y los grupos de chat de nuestras amistades.

Si tienen la tentación de cobrarle a sus hijos un pequeño porcentaje de la utilidad por el apoyo en la mercadotecnia al usar sus bases de datos personales, que no les dé remordimiento de conciencia. La vida real, en cuanto a negocios se refiere, pocas cosas tiene gratis, y es conveniente que aprendan desde chicos, que un porcentaje de sus utilidades debe siempre de reinvertirse en el mercadeo de sus productos.

Por último, entramos en el campo de la Creación.

Esta actividad es muy conveniente para aquellos pequeños que desde temprana edad muestran facilidad para las manualidades. Hay un sinfín de artículos que pueden elaborar con sus manos, ya sea para fines prácticos o para el mero entretenimiento. Aprovechemos la infinita cantidad de tutoriales que actualmente tenemos a la mano con las tecnologías disponibles, y todos aquellos artículos que podamos encontrar en la red, y que sean sujetos a elaboración manual.

Mis hijas, por ejemplo, se entretienen por largas horas elaborando pulseras, cruces, aretes, collares, y una larga lista de artículos de bisutería que al parecer resultan muy económicos, y sobre todo, muy comercializables.

Estos son solamente ejemplos de la cantidad de cosas que nuestros hijos pueden realizar, sin perder de vista que el objetivo primordial de estas actividades es que aprendan a Invertir. Por lo tanto, no debemos de saltar ninguna parte del proceso sin que ellos estén totalmente conscientes de qué es lo que están haciendo y cual es la finalidad.

Espero estos consejos les sean de utilidad, y se den el tiempo de dar estas instrucciones a sus hijos en bien de su desarrollo financiero. ¡Hasta la próxima!

 

 

Roberto Rojo Alvarez

https://www.facebook.com/ROBROJALV

viernes, 10 de julio de 2020

ENSÉÑALOS A AHORRAR

¿Quién no tuvo de chiquito una maestra en la escuela primaria, que te invitaba a ahorrar durante más de medio ciclo escolar, apuntando en una libretita tu saldo, para que un mes antes del Día de la Madre, pusiera ante todos sus alumnos sendos catálogos de fantasía, para finalmente canjearte esos ahorros por un espantoso perfume con tapa plástica en forma de pétalos de rosa?

El Ahorro, es la clave para la prosperidad de cualquier individuo, familia, sociedad, comunidad, estado o nación. Por lo tanto, incentivar el ahorro en nuestros hijos, es lo mejor que podemos hacer por su educación financiera y prosperidad.

Cuando yo era chico, recuerdo haber tenido una alcancía de plástico en forma de dinosaurio, en la que iba depositando todas las monedas que cruzaban por mi camino y que quedaban fuera de la tipificación de hurto. El problema era que, con tan solo un destornillador yo podía abrir su tapa inferior, y la tentación por gastar mis ahorros era más frecuente que mi capacidad de llenarla.

Hoy con mis hijos menores de 6 años, tengo un acuerdo para que ahorren en sus impenetrables alcancías de barro: Todas las monedas con denominación menor a 5 pesos, van para su “cochinito”. Y obviamente solo podrán disponer de este dinero, una vez que pasen a la escuela primaria, cuando ya comenzarán a recibir una cantidad semanal fija.

Como te mencioné en artículos anteriores, mi recomendación es que por cada “Domingo” o Salario Mínimo que les pagues cada semana, tú directamente les guardes la mitad, y ellos dispongan del otro tanto. De entrada, que ellos conozcan la cantidad exacta que tú les estás ahorrando, metiendo en un sobre y posteriormente depositando en el banco (o en cualquier otro instrumento de inversión de los que te mencioné en pasados artículos), ya es una clara señal de la importancia que tiene su Ahorro.

Sin embargo, hasta este punto, no los estamos enseñando a Ahorrar, puesto que estamos decidiendo por ellos. Entonces, lo primero que deberás de hacer, es sentarte a platicar sobre su gasto semanal. En base a cómo tienen planificado gastar su dinero en la semana, es que podemos darles consejo para que gasten una cantidad menor, y así puedan disponer de otra cantidad para ahorrarla.

El primer año, que solamente cuentan con medio salario mínimo para gastar durante toda la semana, lo que debemos hacer es enseñarles a distribuir esos 50 pesos entre los cinco días hábiles. Y en base a sus gustos y preferencias, ya podemos darles un consejo puntual que les permita llegar con algo de ahorro para el fin de semana.

Por ejemplo: Si a tu hijo le apetece mucho comprar cada día una bolsa de palomitas de maíz, porque cuesta diez pesos, lo que debemos hacer es enseñarle que él puede comprar en el supermercado ese mismo producto, elaborarlo en casa, y así estará gastando posiblemente la mitad de ese precio.

En base a eso, es posible que tu hijo pueda llegar al fin de semana con un ahorro de diez o veinte pesos. ¿Cómo lo incentivarás durante ese primer año? Dándole otro tanto de lo ahorrado, para que pueda gastarlo libremente en lo que él quiera, ya sea durante ese mismo fin de semana, o después. Aquí comenzará a ver los beneficios del Ahorro.

El segundo año, la mecánica y el incentivo deberá de ser el mismo, con la diferencia que deberás de estar supervisando en qué quiere gastar su dinero, para evitar que vaya adquiriendo un hábito de despilfarro. A esta edad, contando con más disponibilidad de capital y ya con cierta instrucción financiera, puede tener la tendencia a gastar en los demás. Y digamos que invertir en ciertas amistades, es un tema que deberemos dejar para muchos años después. Por lo tanto, síguele incentivando el ahorro de igual maneta, aunque siempre supervisando sus gastos.

A partir del tercer año, deberás de enseñarlo a ahorrar, ya con un proyecto definido. Es decir, que el Ahorro corresponda a una meta específica para comprar algo que esté en su deseo. Y como lo mencioné en el artículo anterior, siempre respetando la regla de ahorrar el doble para adquirir cualquier cosa que quieran tener. Es decir, si su proyecto es comprar una muñeca o un balón que cuesta 150, deberán de ahorrar 300 para ganarse el derecho a comprarlo. El resto, va al Sobre y posteriormente, al Banco.

Recordemos que la regla para el Ahorro en el Banco es la siguiente: Cada vez que en su Sobre se acumule la cantidad de Mil Pesos, o Diez Salarios Mínimos, tú le pondrás otro tanto para duplicar esta cantidad y depositarla en su Cuenta de Ahorro.

Conforme tus hijos vayan creciendo, debes de comenzar a motivarlos para que el solo hecho de llenar ese sobre, completando Mil Pesos con mayor frecuencia, sea un incentivo suficiente para querer ahorrar, puesto que estarán viendo constantemente cómo crece su saldo en el Banco.

Como a esta edad, tus hijos todavía son muy chicos para entender el concepto de planear a futuro, deberás de explicarles para qué será el dinero que está en el Banco, puesto que para ellos, no tendrá sentido alguno tener dinero guardado que de cualquier forma no pueden gastar. Es decir, a ellos de nada les servirá en principio tener una importante cantidad en el Banco. Sin embargo, inconscientemente el solo hecho de saber que ellos tienen dinero, evitará el tan común sentimiento de carencia que abunda en muchas personas y que nada bueno les trae.

Es conveniente entonces explicarles, que ese Capital que están ahorrando, es para cuando tengan la mayoría de edad y se deba de invertir en su capacitación profesional. Y precisamente, para ampliar su abanico de posibilidades, es que conviene ahorrar la mayor cantidad de dinero posible, durante ese lapso de aproximadamente 12 años.

Como a la edad que tendrán cuando te hagan esa pregunta, les dará absolutamente igual el tema de su carrera profesional, debes de darles un incentivo que los ayudará a ser mejores estudiantes. Pregúntales: ¿Quieres poder disponer tú de ese dinero cuando seas mayor? Es muy sencillo: ¡Estudia mucho!, para que cuando vayas a comenzar tu carrera universitaria, tengas derecho a ganarte una Beca. De esa forma, podrás emplear ese dinero en cosas que realmente te apetezcan, como recorrer el mundo o iniciar tu propio negocio.

Es nuestro deber como padres de familia o tutores, transmitirle a nuestros hijos durante todos estos años que el objetivo principal de este esfuerzo de ahorrar, va encaminado a su preparación futura, para que ellos tengan una mayor capacidad de dar sustento a su vida y a quienes la conforman.

Como te platiqué en el artículo anterior, este mismo sistema de guardar en un sobre la mitad de su “Domingo”, incentivarlos a ahorrar sobre su dinero semanal disponible, y tener proyectos de Ahorro para darse sus gustos, lo puedes seguir replicando hasta que estén en posición de tener un capital semanal que también les permita poner a trabajar su dinero. La diferencia de enfoque hoy, es que todo ese esfuerzo de poner a producir su capital disponible, y ahorrar el doble de lo que necesitan para comprar aquello que desean, va encaminado a incrementar su dinero en el Banco.

Hasta aquí mis recomendaciones sobre el tema del Ahorro de nuestros Hijos. Espero estos consejos te sean de mucha utilidad, tanto para enseñarlos sobre el Ahorro, como para ir ordenando junto con ellos tus finanzas personales.

Mucho te agradezco me sugieras nuevos temas sobre los que te interese profundizar, y esta serie de artículos se convierta en un interesante diálogo en favor del desarrollo financiero de nuestras familias, a través de la educación financiera de nuestros hijos. ¡Hasta la próxima!

 

 

Roberto Rojo Alvarez

https://www.facebook.com/ROBROJALV

viernes, 3 de julio de 2020

ENSÉÑALOS A GASTAR

¡Qué chulada! Todo fuera como que alguien externo nos dé dinero y nosotros sólo buscar cómo o en qué gastarlo. Y recordamos cuando éramos pequeños, que nuestra única labor era estirar la mano ante un familiar y poner cara de desahuciado, para acto seguido ir corriendo al estanquillo del vecindario, a gastar todo lo que nos habían dado. Pues resulta que ahí, justo ahí es donde comienza nuestra complicada relación con el dinero y la abundancia.

Examinemos las siguientes situaciones: ¿Qué sucede si a un niño le das para gastar diez pesos? Pues que inmediatamente, irá a la tienda a preguntar qué cuesta diez pesos y se los gastará. ¿Y si le das cien pesos? La misma historia, ¿Cierto? Ahora, traslademos este ejercicio a nuestra vida (Comienzo a ver caras de preocupación).

¿Qué pasa si va a ser el cumpleaños de tu cónyuge y cuentas con un “guardadito” de tres mil pesos? ¿De cuánto buscarías un regalo? ¿Qué sucede si tienes ganas o necesidad de comprar un automóvil para ti, y dispones en el banco de 200 mil pesos? ¿De qué cantidad buscarías tu coche? Y, si trasladamos este caso a la compra de una casa para tu familia, y dispones de medio millón de pesos para dar un enganche, ¿Cuánto utilizarías?

Muy probablemente tu respuesta a todas estas preguntas fue que, en todos los casos, usarías todo el capital disponible. De ser así, espero que te comience a quedar muy claro que, el problema es que no hemos terminado de pasar, de ser un niño que toma y gasta lo que tiene, a un adulto que administra prudentemente para crear abundancia. En otras palabras, seguimos sin romper ese patrón con el que venimos desde la infancia.

Toda proporción guardada, este comportamiento no es distinto al de una persona adicta, con gula, ludopatía, alcoholismo o drogadicción, quienes sacian sus apetitos hasta ya no tener o poder más. Pues con la misma seriedad debemos de tomar este tema, y hay qué atacarlo de raíz.

Me disculpo de antemano, por haberlos dejado tan meditabundos respecto a su vida. No obstante, estos artículos van dirigidos y orientados a que eduquemos a nuestros hijos, de forma tal que no repitan los mismos patrones. Entonces, ¡Manos a la obra!

Comienza pequeño.

Sin importar qué tan bien te está yendo económicamente en la vida, o qué complejos de tu pasado quieres constelar, te recomiendo que a tus hijos los comiences a entrenar en el hábito del gasto, con poco dinero. Lo ideal, es a partir de la edad en que entran a su educación primaria.

Mi recomendación es, que en el Primer Grado de Primaria les des Un Salario Mínimo semanal. De esta cantidad, la mitad se la guardarás tú, y la otra mitad se la darás para que gaste en su escuela.

En base a eso, te sugiero darles para gastar solo 50 pesos a la semana. Si uno divide esa cantidad entre los cinco días hábiles, nos parecerá muy poco, puesto que solo tiene para gastar 10 pesos diarios, y con eso le alcanza para casi nada. Pues resulta que tu hijo dará cuenta de ello inmediatamente. Puedes entonces tener la certeza, que el mismo día lunes se habrá gastado completitos sus 50 pesos, y se quedará con nada para el resto de la semana. Y este, es el primer aprendizaje de valor que debe de tener.

¿Qué procede? Todos los días, después de preguntarle sobre cómo le fue, qué tal es la maestra, el nombre de sus amigos, con quién jugó, qué aprendió, si le dejaron tarea, etc., acto seguido, le haces estas dos preguntas: 1. ¿En qué gastaste?, y 2. ¿Cuánto guardaste?

Su respuesta ese primer día será quizá muy obvia. Sin embargo, debe aprender que, tan importante es gastar, como guardar.

Aunque de antemano conocerás la respuesta a ambas preguntas por el resto de la semana, no dejes de hacérselas. Haz tú el hábito de estar al tanto de su administración financiera, y crea en tu hijo la costumbre, de rendir cuentas sobre cómo emplea sus recursos mientras sea tu dependiente económico.

Conforme avancen los meses, comenzarás a darle consejos a tu hijo para que su dinero le dure, ya sea racionándolo al mínimo diario, o eligiendo qué días de la semana quiere gastar, y específicamente en qué. Y que gastar a diario tampoco es una obligación, sino una decisión propia.

Más pronto de lo que imaginas, tu hijo comenzará a comparar precios de su bebida de predilección, o cualquier otra golosina (ya que es muy iluso pensar en que quieran gastar su “Domingo” en frutas), respecto a los precios del supermercado, en comparación con los de la tienda de su escuela.

No se trata de formar seres humanos consumistas, por lo que, en vez de darle ideas mercantilistas al respecto, debemos dejar que por sí mismos lleguen a la conclusión de que, es más conveniente comprar ciertos artículos en el supermercado y llevarlos como lunch a la escuela, que comprarlos en la tienda a un sobreprecio.

No obstante que, la cantidad erogada para el gasto semanal en su primer año es poca, si acaso hace el esfuerzo y guarda algo para el fin de semana, debes premiarlo. Y, muy importante: Los logros financieros, se premian con dinero.

Sigue un patrón.

Conforme tus hijos van creciendo, al igual que sus responsabilidades, deberás de ir aumentando esa cantidad semanal que les estás dando en retribución a su trabajo como niños, que afortunadamente es Estudiar.

Mi recomendación personal, es aumentarles su “Domingo” en relación a Un Salario Mínimo por cada grado escolar, topándolo en 7 a partir del primer grado de Secundaria. Sobre ese sistema, les hablaré posteriormente en otro de mis escritos.

Como ya a partir de su Segundo Grado de Primaria, la cantidad disponible para gastar le resultará “excesiva”, el riesgo que corre tu hijo y que tú le debes de evitar, es que se vuelva el niño que le invita todo a sus amigos. Una vez más, busquemos el equilibrio. No se trata de volver avaros a tus hijos (ni de buscar su nacionalidad regiomontana), sino hacerlos conscientes de que esa, es otra de las malas prácticas que los dejará a ellos nuevamente sin dinero qué gastar. Mejor, sigamos incentivándolos a guardar algo de su “Domingo” para el fin de semana, por ejemplo, prometiendo doblarles la cantidad guardada, para que la gasten durante sábado y domingo.

Ya a partir del Tercer Grado de Primaria, conviene que tus hijos comiencen a guardar dinero, no sólo para el fin de semana, sino para cualquier artículo que ellos deseen, y que haya sido previamente aprobado por ti. La regla y condición que debes de establecer con ellos cuando quieran adquirir algo, es que pueden comprarlo una vez que hayan ahorrado el doble de lo que cuesta el artículo en cuestión. Es decir, si ese juguete que quieren comprar, cuesta 100 pesos, debemos de condicionar esa acción a que ellos ya hayan ahorrado 200 pesos para comprarlo. Y, ¡Mucho ojo! No se les ocurra sucumbir a la seductora tentación de permitirle comprar la versión Premium de dicho juguete, aprovechando que ya tienen el doble de lo que se necesita. Porque de lo que trata esta práctica, es de habituarse a gastar sin descapitalizarse. En otras palabras, deben de ahorrar el doble de lo que necesitan (ahora que pueden darse el lujo), para que entiendan la conveniencia de siempre tener dinero disponible.

A partir del Cuarto Grado de Primaria, tus hijos ya estarán en posición de aprender a trabajar con su dinero, y entender más a profundidad sobre su funcionamiento. Para esta finalidad, conviene que platiques con ellos para que decidan juntos en qué negocio quieren invertir. Mis dos recomendaciones son, 1. Invertir en materia prima de algo que ellos puedan manualmente producir o preparar, ya sea accesorios o alimentos, y, 2. Comprar algo a buen precio, darle un valor agregado, y venderlo con cierto margen de utilidad.

Para esta actividad, será necesario elegir bien qué hacer, en base a las necesidades de su entorno. Es decir, piensen en cosas vendibles, que necesiten o sean asequibles en la comunidad a su alcance, ya sean vecinos, o compañeros del trabajo de sus padres.

Con esta práctica, entenderán cómo gastar en su nuevo negocio, y en cualquier empresa que decidan emprender, cuáles son los márgenes de utilidad, cómo aumentar las ganancias, etc. Y este aprendizaje, será algo que los acompañará por el resto de su vida.

Entonces, Lectores, los invito a utilizar estas técnicas para que enseñen a sus hijos a gastar, que ahí comienza el primer eslabón de la cadena que los llevará por el camino de la abundancia. ¡Hasta la próxima!

 

 

Roberto Rojo Alvarez

https://www.facebook.com/ROBROJALV