viernes, 16 de julio de 2004

SOBRE LA DIOSA CERES


SOBRE LA DIOSA CERES

A mi amigo Josema,
futuro de la agricultura sinaloense.

            Tanit fue su original nombre de origen fenicio, luego pasó a ser Deméter en la antigua Grecia, y finalmente Ceres en el imperio romano. Esta no es precisamente la evolución de un baile de coronación que llegó a través de los siglos hasta la ciudad de Culiacán, sino el nombre de la Diosa mitológica de la tierra y la fertilidad. Por tal motivo, la asociación de agricultores organiza anualmente esta fiesta en su honor.
Uri era el nombre del iraquí chofer del autobús que nos recogió afuera del “Ben-Gurión”. Lo primero que se observa a la salida de este aeropuerto es un anuncio de la cerveza Corona, y siendo yo un mexicano ordinario como tantos, me emocioné cual si mi progenitor fuera socio accionista de esta empresa. No deja de ser curioso que allá al otro lado del planeta, en el país (desértico) más avanzado del mundo en cuanto a agricultura (y otras varias cosas), lo primero que vi después de más de 24 horas de vuelo sea un anuncio de la cerveza nacional.
Recorríamos las modernas calles de Tel-Aviv en busca del hotel que habría de hospedarnos por un par de noches aquella semana santa de 1998, cuando me percaté de que en todos los camellones de la vegetadísima ciudad había mangueras color negro empotradas en la tierra que las contenía. Pregunté de súbito al guía, un argentino de raza judía que vive en Israel, el por qué de tanto plástico en los camellones. Me comentó que todas las plantas en esa ciudad son irrigadas artificialmente. Ante mi cara y mi seguramente ordinario comentario de asombro me comenzó a dar datos asombrosos en cuanto a lo que ha hecho la raza judía con aquel desierto.
Pues que de desierto Israel tiene ya muy poco. Por medio de sistemas muy avanzados de aprovechamiento del agua, han hecho bosques enteros a base de irrigación artificial, y esto ha producido cambios climáticos favorables para este país, provocando así la atracción de más agua y alargando considerablemente sus temporadas de lluvias. Esto lo pude constatar rápidamente, ya que no solo en los camellones de esa ciudad había mangueras por doquier, sino en todas las ciudades y en absolutamente cada kilómetro de sus carreteras. –“Es porque tienen mucha lana”-, diría mi tío Juan. Pienso que hay mucho más que eso, sobre todo porque es conocido que la raza hebrea se distingue por ser muy trabajadora y eficiente. Fuera de toda distinción racial, da gusto ir a un lugar tan hermoso donde hace apenas 60 años existía tan solo un desierto.
En el rancho “Las Lumbreras”, que se encuentra en el municipio de Nombre de Dios en el estado de Durango y es propiedad de mi tío Lorenzo Aceval, tuve mi primer contacto hace mucho tiempo con algo que para ese entonces me parecía como ciencia oculta: El riego por aspersión. En cada surco se encontraba enterrada una manguera con agujeros estratégicamente colocados para dar a cada planta la cantidad de agua y de nutrientes que necesitaba. El día de hoy se encuentra en ese rancho trabajando con Javier mi primo un grupo de estudiantes de la facultad de Agronomía de la Universidad Juárez de Durango. Hacen un experimento para combatir las fortísimas sequías que aquejan a ese estado produciendo alimento con los nutrientes que en esas fechas el ganado necesita. Este es el desarrollo agrícola de esa región.
En el municipio de Guasave existe un ejido cuyos habitantes de haber sido oriundos de París, la ciudad luz, estarían poco menos orgullosos. Es el famoso pueblo de La Trinidad, a cuya virgen (¿?) adoran anualmente el día (de “La Virgen”) de La Santísima Trinidad. Este es un pueblo rodeado de hectáreas de cultivo principalmente de tomate, frijol y maíz. Cuando estaba escuincle, por recomendación de mi papá me metía en los sembradíos cargando una bolsita con sal y arrancaba tomates para comérmelos ahí mismo. Deliciosa experiencia con el campo, aunque lo mío lo mío haya sido la música. Evidentemente mi padre fue siempre amante de la ciencia de la Agronomía, pero la consideraba impropia para estudiarla si uno de familia no contaba ya con tierras qué trabajar.
Sinaloa es hoy por hoy el estado de la república mexicana con mayor importancia en cuanto a la agricultura, y uno de los productores más importantes a nivel mundial de tomate, pepino y berenjena, por citar tan solo tres ejemplos. Esto nos confiere a los sinaloenses una responsabilidad muy importante en cuanto a la economía nacional y al futuro de nuestra gente.
Año con año, la ciudad de Culiacán es sede de la exposición agropecuaria más visitada de México. Nos honran con su presencia expositores de todo el mundo, y los productores locales aprovechan para modernizar su infraestructura. Yo solo la visito porque el despliegue de mujeres edecanes es sin duda uno de los mejores del mundo. Podrán ser los visitantes extranjeros más avanzados para la moderna tecnología agrícola, para la manipulación genética de semillas, o para el buen aprovechamiento del agua, pero en cuanto a mujeres guapas por favor sí se me sientan un rato. A las pruebas nos remitimos.
Guillermo Sheridan, agregado cultural de México en París, escribió hace algunos dos años un artículo en la revista “Letras Libres” sobre lo complicadas que son las instrucciones de los equipos electrónicos galos. Más de una década atrás, Francia se encontraba ante el inminente problema de la unificación económica de Europa. Su PIB era básicamente fortalecido gracias a su tecnología y a que los franceses son tan nacionalistas que difícilmente importaban tecnologías de otras partes del mundo por consumir la propia. Pero qué sucede, que sus gobernantes fueron muy inteligentes y previsores, y al saber que no podrían competir con el desarrollo tecnológico alemán, decidieron volver a dar una mirada al campo. Se prepararon arduamente, de tal manera que cuando finalmente se dio la unificación europea, los franceses eran y siguen siendo los principales productores agrícolas de la Unión Europea.
El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá se firmó en el sexenio del ahora innombrable Carlos Salinas de Gortari. Diez años de plazo nos dieron para liberar el comercio de los productos agrícolas. Llega el 2003 y nuestras autoridades no hacen más que llorar ante un problema muy anunciado. No tenemos vergüenza. En vez de prepararnos durante una década para ser competitivos a nivel internacional, lo único que se ha hecho con el campo es marginarlo y dejarlo caer. Pero México tiene más vidas que el Coyote del Correcaminos, y con el esfuerzo de todos nuestros agricultores podremos salir bien librados de este añejo problema.
En el año de 1990 una pareja de belgas, el Dr. Joseph Elías y la Dra. Christian Meulemans, publicaron un libro titulado “El desafío de México, Titán del siglo XXI”. Ante la inminente caída del imperio utilitarista estadounidense, mencionan que México como cabeza de América Latina es el lógico sucesor hegemónico por venir. Nos dan nota de la incalculable riqueza de nuestra gente y el potencial que tenemos en cuanto a energéticos y materia prima. Pero nos hacen ver que esto solo sería posible si comenzáramos a sentar las bases de ese desarrollo en nuestro campo. Es increíble que una pareja de eruditos europeos que trabajaron para National Security en los Estados Unidos de América, vengan a intentar abrirnos los ojos sobre nuestras posibilidades y responsabilidades. Obvio decir que es un verdadero hallazgo encontrar este libro.
Hace muchos años ya que pasaron los momentáneos beneficios de la reforma agraria. A diferencia de otros estados de la república, Sinaloa tiene producciones agrícolas nada deleznables. Es por esto que confiero de alguna manera la responsabilidad a nuestras autoridades de sacar adelante una nueva reforma agraria que cimiente las bases a nuestro país para ser la cuna del desarrollo sustentable de México.
Es triste ver cómo se desperdician cada año toneladas de tomate a la orilla de la carretera por falta de buen precio en el mercado, o en invierno ver hectáreas de frijol completamente quemadas por alguna helada. Y cómo no, si los problemas del campo nos afectan a todos los mexicanos. Es esta la razón por la que hoy escribo, para felicitar a todos y cada uno de los agricultores de nuestro estado instándolos a ver por el futuro no solo de la economía local sino del desarrollo de toda una nación. De agricultura sé poco, de necesidades he escuchado mucho últimamente. Necesitamos de ustedes. Feliz día del agricultor.

                                                                                                                 Roberto Rojo Alvarez