“ISMAEL
MANDA”
(Duque de Macuspana)
Transcurría con normalidad un día
cualquiera del mes de septiembre de 2019 en la capital del país, con la ausencia de sol
propia del mes y la ausencia de claridad propia del gobierno en turno.
En Palacio Nacional, concluían las tres
horas diarias que el Presidente dedica a trabajar en su programa de
entretenimiento mediático denominado “La Mañanera”, para después disponerse
como casi todos los días a convertir un vuelo comercial en Blanco Humano,
mientras se dirige a recibir loas a algún punto a modo dentro de su República Amorosa.
Aquel día, una inesperada interrupción lo
forzó a modificar su tranquila rutina diaria.
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SECRETARIA: Licenciado, está
aquí el Secretario y quiere verlo.
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ANDRÉS: ¿Es urgente? Estoy
comiendo mi cocol.
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SECRETARIA: Sí, Licenciado.
Me comenta que es muy urgente, y trae los ojos más saltones que de costumbre.
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ANDRÉS: Está bien. Hazlo
pasar.
Se abre y cierra una puerta del Palacio
Nacional por cuyo alféizar pasa un hombre compungido y trescientos gramos de
gel para el cabello sobre él.
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ANDRÉS: Compañero, dime ¿qué
te trae por aquí con tanta urgencia?
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MARCELO: Acabo de recibir una
llamada de nuestro vecino del norte. Las encuestas no lo favorecen, y me está
dando una orden que nos puede meter en serios problemas.
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ANDRÉS: ¿De qué se trata?
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MARCELO: Quiere que
detengamos y extraditemos a Ovidito y Archivaldito.
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ANDRÉS: ¡En la torre!
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MARCELO: Así es.
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ANDRÉS: Magínate…
El Presidente se siente totalmente
acorralado. No tiene alternativa. Después de rebotar algunos pros y muchos
contras con su Secretario de Relaciones Exteriores, toma el auricular mientras
frota sus canas con la otra mano…
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ANDRÉS: Secretaria,
comuníqueme por favor a El Salado, Sinaloa.
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SECRETARIA: Con gusto,
Licenciado.
Después de una tensa pausa en la oficina
presidencial…
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ANDRÉS: Don Ismael, ¿Cómo le
va?
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ISMAEL: Todo bien, Andrés.
¿Qué sucede?
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ANDRÉS: Pues aquí, algo
preocupado. Llamó Trun, y nos está pidiendo que vayamos tras los muchachos de
Joaquín.
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ISMAEL: No entiendo. Todo
está marchando conforme a lo acordado.
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ANDRÉS: Lo sé. Y él sabe
también sobre nuestra sofisticada estrategia de “Abrazos, no balazos”. Pero ya
ve que el güero no tiene integridat, y como de plano su campaña no levanta ni
con Viagra, una vez más nos está queriendo agarrar de su puerquito.
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ISMAEL: Dígame algo, Andrés.
¿Me está llamando para informarme que se rompe nuestro trato? ¿O quiere que le
ayude a elaborar una estrategia para zafarse de Donald?
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ANDRÉS: ¿Cómo cree, Don
Ismael? Por supuesto que quiero quitarme a ese gordo de encima.
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ISMAEL: Muy bien, Andrés.
Siendo así, no se preocupe. Déjeme le digo qué es lo que vamos a hacer el
próximo 17 de Octubre…