domingo, 21 de julio de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 21 de julio de 2013

                  Era el 2 de julio del año 2000. El nuevo milenio a penas comenzaba y en nuestro país el ambiente de transformación se respiraba por doquier. A muy temprana hora asistí con algunos compañeros de cuarto a emitir mi sufragio por el hombre que en ese entonces representaba el cambio para mí, para miles de estudiantes como yo y para millones de personas en la república mexicana: el candidato Vicente Fox Quesada bajo el cobijo del Partido Acción Nacional.
                  Voté por el “mono” y no por el color, porque aunque tengo mis lealtades hacia otro partido que me ha brindado la oportunidad de ser un servidor público, en esencia siempre he estado en contra de la partidocracia de la cual somos víctimas.
                  Ya avanzada la noche de aquel día, celebré con júbilo el triunfo del mejor candidato que ha tenido la democracia mexicana. Muchos compañeros de residencia se fueron al Ángel de la Independencia a celebrar la caída de aquel régimen que nos gobernó durante más de 70 años, pero cual Jaimito el Cartero, yo preferí evitar la fatiga.
                  Justo un año después de aquella proeza, ocúrresele al entonces ya Presidente de México (irónicamente todavía candidato) contraer nupcias con la señora Marta Sahagún. Y como se dice en el rancho, “ahí fue cuando cayó el moco en el atole”. Sin querer culpar de ninguna manera a quien hasta hoy es todavía su pareja, para mí está muy claro que ese hecho marcó un parte aguas en la vida del ahora ex Presidente.
                  De ahí a la fecha el señor tiene un cúmulo de frases que jamás debieran de salir de la boca de un político. En efecto, Vicente Fox jamás ha sido político y muchas de las cosas que dice, pésele a quien le pese, son absolutamente ciertas. Pero resulta que el señor tiene para fortuna de los medios, una tremenda facilidad para confundir la sinceridad con la imprudencia y ese es un lujo que, pésele a quien le pese, un Primer Mandatario simplemente no se puede dar.
                  La última joya que nos regaló esta semana asegurando que él fue mejor presidente que Benito Juárez, es maravillosa. La verdad es que el señor puede tener razón desde su punto de vista, y yo al igual que él pienso que el mito del Benemérito de las Américas se debe más al importante número de presidentes masones que le sucedieron que a los logros que haya tenido en sí al ostentar ese cargo. El único crédito que le da el señor Fox a Juárez es el de tener frases célebres importantes, que seguramente se refiere a “el respeto al derecho ajeno es la paz”, en lo cual difiero con él porque la inspiración de esta frase proviene de “La Paz Perpetua” de Kant.
                  El resultado de todo esto es quizás el que Fox espera: ser el ex presidente más mediático que nuestro país ha tenido jamás. Por eso este domingo que se levante usted “procurando” el periódico El Sol de Sinaloa para leer Tertulia y Sobremesa, quiero recomendarle Don Vicente que se concentre usted en su lucha por la legalización de la cannabis sativa que a mi juicio nos vendría muy bien a todos los que abogamos porque cada quien haga de su vida lo que mejor le parezca. Yo lo apoyo y de ninguna manera me arrepiento de haber votado por usted aquel histórico 2 de julio, como seguramente usted no se arrepiente de su boda de aquel fatídico 2 de julio… Aunque es probable que los dos estemos muy mal...
Roberto Rojo Alvarez

(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)

domingo, 14 de julio de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 14 de julio de 2013

            Hoy hace una semana que tuvimos Elecciones. Volvimos a pasar a través de ese gran circo en el que los malos políticos son elegidos involuntariamente por ciudadanos que no asisten a votar. Como bien lo vaticinaron muchos medios nacionales, el abstencionismo fue alarmante. Tengo totalmente claro el daño que le produce a la ciudadanía tener comicios electorales tan desangelados, pero también sé de cierto que existen muy pocos argumentos razonables para motivar a la gente a salir a la calle y acudir a las urnas.
Yo sí fui a votar, y tengo la certeza de que existen muchos buenos políticos intentando hacer las cosas de manera correcta. También confío en su conocimiento de que ya estamos en otros tiempos y eso les obliga a hacer las cosas bien, porque para la población siempre será más fácil acariciar la idea de salir a las calles a manifestarse, o bien dejar de mantenerlos, porque esa es una herramienta que tendremos siempre todos al alcance de nuestra mano. Así que le repito a nuestros gobernantes lo que Don Francisco Gabilondo Soler al Negrito Sandía: ¡Pórtese bien, o ya verá!
Una vez amenazados los políticos de pacotilla, abordaré un tema que francamente me tiene muy desconcertado, y es la falla en los algoritmos de los PREPS de ciertos sitios del país donde coincidentemente la diferencia en votos entre los candidatos punteros es mínima y existen altas posibilidades de que haya arreglos en lo oscurito allá muy arriba.
Según entiendo, un algoritmo es un conjunto de reglas matemáticas ordenadas para la resolución de problemas, y un PREP (conteo rápido de resultados preliminares) no es más que la suma de votos de cada candidato. Aunque ni Platón ni Aristóteles ni yo estemos de acuerdo con la Democracia como forma de organización social puesto que mi voto y el de, por ejemplo, un Doctor en Filosofía de ninguna manera debería de contar lo mismo, en nuestra actual forma de gobierno cada voto cuenta exactamente lo mismo sin importar quién lo emita. Por tanto, ¿me pudieran ustedes explicar para qué demonios utilizan un algoritmo en una suma de votos que se resuelve con la más elemental aritmética?
Mientras no reciba yo una explicación coherente sobre el tema, seguiré pensando que en el marco de las Elecciones la palabra “Algoritmo” es utilizada por políticos y medios de comunicación como un simple distractor al más puro estilo Chupacabras, o para agregarle un poco más de internacionalidad al ejemplo, la utilizan como el gran personaje Phoebe en la comedia de situación Firends utilizaba la palabra phalange para sacar a relucir su alter ego, como su amiga Rachel para bajarse de un avión.
Les repito, señores gobernantes: ¡Pórtense bien! Porque entre los espías gringos, el varado Edward Snowden y las redes sociales, los tenemos bien checaditos.

Roberto Rojo Alvarez
(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)

domingo, 7 de julio de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 7 de julio de 2013

            Hoy hay Elecciones en Sinaloa y otros Estados de la República. Esta jornada electoral desafortunadamente estará marcada en nuestro recuerdo por una serie de asesinatos y por un histórico desinterés ciudadano por la participación en la emisión del sufragio. Creo que todos tenemos algo de responsabilidad y mucha obligación de revertirlo. El cómo hacerlo, por alarmante que sea, está a la vista de todos por medio de las redes sociales y las noticias diarias donde vemos levantamientos ciudadanos un día sí y otro también.

            Mientras detienen el avión privado de un Primer Mandatario bajo sospecha de nada y en el otro hemisferio el buen Nelson Mandela está por dejarnos, nuestro país pasa por el "MEMO" (Mexican Moment) a causa de la inminente apertura del sector energético. Esta apertura y la Reforma Hacendaria que van de la mano, aunada a la buena noticia de la Reforma Migratoria en los Estados Unidos, me producen un buen ánimo y muchas esperanzas para mi país y mi gente. Sólo me preocupa un poco que el Presidente Barak Obama no haya podido negociar una barda más chiquita, porque luego nos tapan la vista y el buen airecito que a veces corre, y pues eso no es de gente bonita.
            Habrá escépticos que piensen que mi optimismo es falaz, pero realmente creo que vienen muy buenos tiempos para México. Sólo hay un asuntito: Nos falta deshacernos de los malos políticos que son un chingo… Les recomiendo que se pongan pronto en paz, porque la tele últimamente nos está dando muchas ideas...


Roberto Rojo Alvarez
(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)