domingo, 28 de abril de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 28 de abril de 2013


                 Existe la creencia que en Inglaterra cuando toma el cargo un Primer Ministro, la primera actividad en la agenda es ir a ver a la Reina, y que la primera pregunta que ella le hace a éste justo después de saludarse es “¿Sabe usted cómo iniciar una guerra nuclear?”. A saber si esto es cierto o no, pero debiéramos de utilizarlo como pretexto para implementar una tradición similar en México con los candidatos a gubernaturas y alcaldías, y que fuera condición sine qua non pudieran elegirse a esos cargos de elección popular con una pregunta más o menos así “¿Sabe usted cómo enfrentar una manifestación?”.
Es realmente vergonzante la manera en cómo se excusan gobernantes y alcaldes con el estúpido pretexto de “No caeremos en provocaciones”. Provocación es que te saquen la lengua, que te pinten un dedo o que te mienten a tu progenitora. Lo que estamos viendo a través de todos los medios de comunicación son actos de vandalismo que están tipificados como delito y obliga el uso de la fuerza del estado para detenerlos. No es opcional, es su obligación intervenir por el bien público. Son muchos sitios del país donde, un día sí y el otro también, estamos viendo marchas, plantones, destrucciones y tomas de oficinas. No sé en qué momento hicieron creer a estos vándalos que el “Derecho de reunión y manifestación” incluye fuero para destruir y afectar a terceros, pero seguramente esta creencia es a causa de su inmovilidad.
Tienen tomada la rectoría de la UNAM y están destruyendo un mural de David Alfaro Siqueiros que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por otro lado destruyeron las tres sedes de los principales partidos políticos del país en la capital de Guerrero, bloquean la autopista más importante del país, toman el centro de grandes ciudades colapsando la vida y el comercio… ¿En qué momento pasa a ser opcional el uso de la fuerza? ¿O están esperando a que el “Jennifer” les filtre información para detener sospechosos? Salvo el Gobernador Fausto Vallejo que está algo delicado de salud, ninguno tiene pretexto para quedarse de brazos cruzados tal como lo están haciendo.
Que el Pacto por México, tan resquebrajado últimamente, incluya una enérgica voluntad para atacar con decisión por todos los rincones del país a este cáncer social que son las huestes tan prestas a realizar este tipo de actos vandálicos disfrazados de manifestaciones. Y disculpe usted, amable lector, no haber empleado un estilo de escritura relajado como suelo hacerlo, pero como diría el buen Catón, hoy ando muy encaboronado… Y vieran qué rápido escribo…
Roberto Rojo Alvarez
(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)

lunes, 22 de abril de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 21 de abril de 2013


               Pues aquí nos tuvieron a todos con el alma en un hilo esperando a que todas las fuerzas policiales y militares de la ciudad de Boston agarraran a un chamaquito imberbe (sin barba) a quien se le ocurrió, tal vez a manera de venganza o para llamar un poco la atención, fabricar una bomba casera en una olla a presión. Lo malo es que en su “bendita insensatez” quizás logró su cometido, porque ya ni el Babe Ruth en sus años de gloria paralizó a la antigua ciudad de esta manera.
               El Presidente de los Estados Unidos dejará caer todo el peso de la ley a quienes queden vivos y tengan responsabilidad en este atentado. También vendrán en su momento las respectivas historias de conspiración al respecto de las cuales los mexicanos somos fanatiquísimos. Todo eso está muy bien, aunque el problema de raíz está lejos de resolverse, y es que estamos viviendo y cultivando una sociedad en la que a cualquiera se le puede antojar hacer un artefacto de esta naturaleza con tal de sacar alguna frustración o simplemente, ver qué pasa. Algo estamos haciendo mal, digo yo.
               Por otro lado los estadounidenses están pasando por una tragedia mayor en cuanto a pérdidas humanas se refiere, que es el trágico incidente sucedido en West, Texas. En esta localidad han encontrado a más de una docena de muertos entre los cuales hay un connacional, y siguen buscando a algunos otros desaparecidos, sin contar las más de 200 personas heridas. Desafortunadamente resultó ser mucho menos mediático y sobre todo, no hay responsables a quién atrapar con basto despliegue de fuerza del Estado. Habrá responsables de la tragedia, seguramente, pero en Boston hubo villano y lo más importante, con posibilidades de atraparlo en horario triple “A”.
               Nuestra más sincera solidaridad para con el pueblo norteamericano, que aunque nos caen muy gordos cuando pasamos por sus aduanas, se les quiere. Y ahí de pasadita envío mis condolencias a mis hermanos venezolanos que no sé cómo le hacen pero escogen a cada líder que “Dios guarde la hora”. De este tema escribiré la próxima semana porque no sé por qué presiento que dará para mucho más. De momento dejemos tranquilo a Maduro para que pueda seguir yéndose a la cama pensando en Chávez. ¡Hágame el recanijo favor! Teniendo tan cerquita a Chiquinquirá Delgado…

Roberto Rojo Alvarez
(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)

domingo, 14 de abril de 2013

TERTULIA Y SOBREMESA, 14 de abril de 2013


Era el año de 1983 cuando la extraordinaria agrupación Pink Floyd sacó a la venta el álbum de nombre The Final Cut, último material en la era del bajista Roger Waters al frente de la agrupación. Se conocían los traumas que a este músico le había ocasionado el hecho de perder a su padre en la Segunda Guerra Mundial, pero había una frase desconcertante en una de las canciones que decía “¡Oh, Magui! Magui ¿Qué hemos hecho?” (traducción libre). Se trataba de un reclamo a “La Dama de Hierro” (no vayan a pensar que Marisela) por su inclusión en la Guerra de Las Malvinas, y ese fue mi primer acercamiento a quien fue la Primer Ministra Margaret Thatcher. En su momento fui solidario con el rockero inglés y la juzgué como a una política desalmada y sin prejuicios. A la distancia, ya con mi corazón rockero algo menguado y mi pragmatismo en su máximo esplendor, pienso que fue una gobernante con carácter, que siguió una línea de intereses que dieron grandes resultados a la economía global de finales del siglo pasado.
Aquí en mi tierra ya comenzaron a llegar las primeras golondrinas, y al parecer un gran número de políticos y funcionarios escucharon su silvido dándoles la bendición para el arranque de su campaña, porque no fueron pocos los que solicitaron licencias y permisos. En algunas golondrinas vendría el espítiru de Hugo Chávez, en otras el de Margaret Thatcher, y en el caso de los más soñadores quizás el de Sarita Montiel. Pasó de moda La Odisea y su famoso “canto de las sirenas”, pero los políticos siguen necesitando “línea” para animarse, y francamente las posibilidades de encontrarse un pajarito chiquitico están más a la mano. Será por mi corazón rockero menguado o por mi pragmatismo rampante, pero ante estos chapulines de la política creo que sigo prefiriendo el poco democrático dedazo.
En el lejano oriente las cosas están muy confusas. El gordito curioso y precoz de Kim Jong-un amenaza con lanzar bombas nucleares por doquier. Los analistas dicen que “perro que ladra, no muerde”, pero yo no estaría tan confiado. Mientras su hermano perdido, el cantante sudcoreano PSY siga lanzando nuevos videos, hasta yo tendría la tentación de aventarles con algo.
Pues con todo y estos escenarios tan revueltos, Enrique Peña Nieto regresó lindo de contento de su viaje por China y Japón. Se hizo acompañar de distinguidas personalidades, entre ellos dos sinaloenses del mundo diplomático y empresarial. Esperemos cosechar grandes cosas de esta visita, pero ahora es tiempo de calmar a esa bola de pillos que bloquean las carreteras en el centro de nuestro país, por el bien de la administración de nuestro Presidente que es el bien de la Nación misma. Aprovechando estas coyonturas, va un mensaje diplomático a Norcorea: Sr. Kim Jong-un, de todo corazón deseamos que deponga usted su actitud bélica, ahora que si se obstina en seguir haciendo pruebas, por ahí tenemos unas oficinas de la CNTE que, viera usted, no nos sirven de mucho…

Roberto Rojo Alvarez
(Agregado cultural de Culiacán… en Culiacán)